-Tengo sed – dijo la hormiga en voz alta.
-¿Por qué no bebes un poco de agua del arroyo? - dijo una paloma - . El arroyo está cerca. Pero cuidado no caigas en él. La hormiga fue al río y comenzó a beber. Una ráfaga de viento la arrojó al agua.
- ¡Socorro! - gritaba la hormiga -. ¡Me ahogo!
La paloma se dio cuenta de que tenía que actuar rápidamente para salvarla. Rompió, con el pico, una ramita del árbol donde estaba y la dejó caer junto a la hormiga. La hormiga se subió a la ramita y, flotando sobre ella, llegó hasta la orilla.
Poco
después, la hormiga vio un cazador. Estaba preparando una trampa para cazar a
la paloma. La hormiga se dio cuenta de que tenía que actuar rápidamente para
salvarla. Así, la hormiga abrió sus fuertes mandíbulas y mordió el desnudo
tobillo del cazador.
-¡Ay! -
gritó el cazador. La paloma al oír el grito salió volando y se salvó.
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"Toda
buena acción tiene su recompensa”.
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Tomado
y adaptado de Obras completas de Esopo
jjaj
ResponderBorraresta muy chebre :)
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